Walmart vuelve al manual familiar para combatir los aranceles de Trump

Las botas vaqueras decorativas y los balones de fútbol cubiertos de estrellas y rayas en la supertienda de Walmart de Grapevine, Texas, tienen una estética orgullosamente estadounidense.
Pero, al igual que miles de otros productos en las tiendas Walmart, son importados de China, lo que significa que cuando Walmart los vuelva a pedir, tendrán un arancel del 125%.
Los aranceles representan un desafío enorme para el mayor minorista estadounidense, pero en un esperado evento para inversores en Dallas la semana pasada, que se vio eclipsado por las preguntas sobre las consecuencias de la errática guerra comercial del presidente Donald Trump, los ejecutivos de Walmart intentaron convencer a los asistentes de que los aranceles eran una oportunidad para ganar cuota de mercado.
«Vemos oportunidades para acelerar la ganancia de cuota de mercado y mantenemos la flexibilidad para invertir en precios a medida que se aplican los aranceles a los productos entrantes», declaró a la audiencia John David Rainey, director financiero de Walmart.
Walmart vuelve a la misma estrategia que le ha permitido ganar cuota de mercado a supermercados, grandes superficies y tiendas de descuento durante la ola inflacionaria de los últimos años.
El gigante minorista utilizó su poder financiero para asegurar condiciones favorables con los proveedores y mantener bajos los precios, lo que mantuvo satisfechos a sus clientes existentes y atrajo también a más compradores de clase media.
Walmart sorteó los aranceles impuestos por Trump a China durante su primer mandato, pero la guerra comercial de Trump en 2025 es de una magnitud completamente diferente y mucho más impredecible.
Mientras los asistentes salían de las presentaciones formales realizadas por los ejecutivos de Walmart en un hotel del centro de Dallas para dirigirse a los autobuses que realizaban visitas a las tiendas, Trump anunció que pausaría la imposición de aranceles durante 90 días a los países dispuestos a negociar con EEUU.
El período de gracia deja a importantes bases de suministro de Walmart, como Vietnam, Camboya yBangladés, sujetas a un arancel base del 10%.
Sin embargo, simultáneamente, Trump volvió a aumentar los aranceles a China, uno de los países de los que Walmart más depende para las importaciones de su negocio estadounidense.
Doug McMillon, consejero delegado de Walmart, describe la situación arancelaria como «fluida» y afirma que, hasta donde sabe, Walmart no ha cancelado ningún pedido de China como resultado. No obstante, afirma estar preparado para reducir las compras en el futuro.
«El ritmo de venta de ciertos artículos podría cambiar debido a la evolución de los aranceles, y lo ajustaremos sobre la marcha», declara.
McMillon afirma que no habló con Trump sobre los aranceles la semana pasada. Al preguntársele si prevé hacerlo, responde: «Ya veremos cómo evolucionan las cosas».
Walmart ha tenido un año exitoso en el que los ingresos hasta finales de enero ascendieron a más de 680.000 millones de dólares, la mayor cifra de cualquier empresa global, y el beneficio operativo creció un 8,6%, hasta los 29.300 millones de dólares. El precio de las acciones del gigante minorista alcanzó un nuevo máximo en febrero.
Los analistas creen, en general, que Walmart está bien posicionado para ganar cualquier guerra comercial, ya que su escala le permite negociar rigurosamente con sus proveedores. La mayoría de sus ventas también provienen de los comestibles, que tienen más probabilidades de producirse a nivel local que la ropa o los electrodomésticos.
Ejecutivos de Walmart afirman que dos tercios de los productos que vende en EEUU se fabrican, cultivan o ensamblan allí.
Justin McAuliffe, analista de investigación de Gabelli Funds y accionista de Walmart, señala: «Si no se negocia algo con China, eso representará un obstáculo bastante importante para Walmart en términos absolutos. Pero en términos relativos, Walmart es probablemente uno de los mejor posicionados para lidiar con los aranceles».
Esto no significa que Walmart sea inmune a la recesión que podrían traer los aranceles. El temor al impacto de los aranceles en el gasto de los consumidores redujo la capitalización de mercado del minorista en más de 100.000 millones de dólares, incluso después de que sus acciones repuntaran un 9,6 % tras el paso atrás sobre los aranceles anunciado por Trump.
El miércoles, Walmart reafirmó su expectativa de que el crecimiento de las ventas netas se desaceleraría al 3-4% este año, frente al 5% del año pasado. La compañía también admitió que era más difícil hacer previsiones sobre las ganancias a corto plazo, en parte porque quería mantener la flexibilidad para mantener bajos los precios, incluso si eso implicaba menores márgenes de beneficio.
McMillon enfatiza la necesidad de mantener bajos los precios de los productos más básicos, así como de los artículos de temporada como barbacoas y juegos de jardín, que deben venderse para no acumularse como inventario.
Es probable que las negociaciones con los proveedores chinos, que repentinamente se encuentran bajo una enorme presión, sean tensas. El mes pasado, ejecutivos de Walmart fueron convocados a una reunión con las autoridades de Pekín debido a las informaciones de que estaban presionando a los proveedores para que rebajaran los precios en respuesta a los nuevos aranceles estadounidenses aplicados en febrero y marzo.
Cameron Johnson, experto en cadenas de suministro de la consultora Tidalwave Solutions en Shanghái, cree que el margen de negociación seguirá siendo limitado.
«No hablamos de un par de puntos porcentuales en aranceles que se puedan modificar», apunta.
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