Siete competencias para ser un genio como Leonardo da Vinci

O al menos intentarlo… con las enseñanzas (más que actuales) de su ‘Tratado de la pintura’.
¿Cómo ser un polímata, como lo fue Leonardo da Vinci en el Renacimiento, para liderar con éxito una empresa hoy en día? Aunque sea una utopía, se puede intentar imitando sus valores, que las reglas del juego, cinco siglos después, tampoco son tan diferentes… Lo detalla Javier Cantera en Si Leonardo da Vinci fuese tu CEO (LID Editorial), donde explica cómo las siete características que el genio escribió en su Tratado de la pintura siguen de máxima actualidad y suponen una guía imprescindible para desarrollar las competencias clave.
Como avanza el autor, «no es un libro sobre su figura; la utilizo para explicar cómo se deben gestionar los negocios en una etapa dominada por la inteligencia artificial (IA)». Pero hay ciertas competencias que, de momento, son inherentes a la condición humana: «Ser más persona y más creativo son las apuestas ganadoras de un directivo que gestiona la empresa con IA».
Esas siete claves leonardinas «propician líderes con capacidades de aprendizaje, pensamiento crítico, inteligencia emocional, resiliencia, creatividad, bienestar de propósito y con capacidad relacional», explica el doctor en Psicología y licenciado en Derecho. Altos mandos de élite, auténticos, con genialidad y serviciales, porque, como destaca Cantera, «cualquier actividad profesional tiene que buscar la utilidad, no solo el prestigio». Ya lo repetía Da Vinci: «Nunca me canso de ser útil».
1. ‘Curiositá’: búsqueda del saber. Exige hacer y hacerse preguntas constantemente, «para potenciar la capacidad de aprendizaje personal«, señala Cantera. Con los avances tecnológicos, el experto recuerda que «el conocimiento enlatado está ahí [a golpe de clic y gratis], pero la curiosidad es exclusiva del humano» y hay que aprovecharla.
2. ‘Dimostrazione’: aprender de la experiencia. El bagaje facilita pistas para saber cómo actuar, en la vida y en los negocios, «para saber contextualizar y analizar para desarrollar el pensamiento crítico«, apunta Cantera. Para ser un mejor líder, hay que «dudar de la realidad, con capacidades de argumentación, potenciando la ecuanimidad de aceptar el error y no huir de él y también sabiendo cambiar de opinión cuando la experiencia nos lo demuestre», argumenta.
3. ‘Sensazione’: integrar las emociones. Un ejecutivo de 10 debe «agudizar sus sentidos», recomienda Cantera, que explica cómo quién sabe autorregular sus conductas según la emoción suscitada «podrá empatizar con las de los demás, tendrá la capacidad para entender a los otros y facilitará así la gestión del equipo. Un líder con inteligencia emocional valorará las emociones como un elemento básico en su gestión».
4. ‘Sfumato’: gestión de la incertidumbre, como la enigmática sonrisa de la Monna Lisa… «Da Vinci inventó la técnica del sfumato, que se consigue al añadir varias capas de pintura delicadas, con colores difuminados», como el humo, apunta el experto en la figura del polímata renacentista. Así creó La Gioconda (entre 1503 y 1519), su ejemplo más logrado siguiendo esa pauta propia. Hoy, «los líderes han de tener una actitud resiliente para busca alternativas diferentes, con perseverancia y esfuerzo y sabe diferenciar el corto y el largo plazo en un contexto actual tan impredecible».
5. Arte/’scienzia’: pensamiento integral e integrado. Cantera habla del equilibrio y la unión entre la imaginación -el arte- y la realidad -la ciencia-, entre relato y el dato. «Las personas tenemos la habilidad de ser creativos. Un abogado debe saber interpretar una sentencia, ser creativo con lo que dice, porque si solo se dedica a leerla no tiene mérito alguno; esto ya lo hace ChatGPT«, alega. «Esa imaginación, esa creatividad, es una gran competencia hoy en día muy valorada y hay que apostar por ella, porque sí, el dato mata al relato, pero también al revés porque si vendes mal una estadística, por ejemplo, la destrozas…», argumenta.
6. ‘Corporalita’: cuidarse como personas. Sin bienestar, es imposible lograr un rendimiento máximo; «no podemos trabajar adecuadamente». Leonardo da Vinci, insiste Cantera, «era un adelantado a su tiempo«, porque ya en el siglo XVI citaba «al bienestar para ser mejor». Un directivo -y cualquier persona- necesita estar bien para generar bienestar. Y no solo en lo hedónico (físico, psicológico, económico, conciliación) sino «también en el bienestar de propósito, que implica dar autonomía, tener relaciones positivas con los demás…», detalla.
7. ‘Connessione’: innovar para generar interdependencias. «¡Da Vinci se adelantó a Steve Jobs!», resalta el experto. Hace ya cinco siglos «apostó por hibridar los conocimientos para unir realidades diferentes con el fin de que funcionen como una misma lógica. Tenía capacidad de conexión al mezclar conceptos distintos», explica Cantera. Ahora, un directivo tiene que conectar relaciones diferentes en la realidad generando nuevas conexiones entre conocimientos, personas y hechos.Que esa fusión sea genuina añade valor diferencial a su liderazgo, sobre todo si aprende a ser un poco leonardino que fomente una cultura de empresa renacentista:a más inteligencia artificial más autenticidad humana y mayor creatividad.